Realmente es posible reducir el consumo de energía eléctrica para ahorrar en nuestra cocina, básicamente controlando el uso de los electrodomésticos eléctricos.
Algunos de los aparatos que más gasto consumen en un hogar son: el frigorífico o refrigeradora, el horno eléctrico y el microondas. Todos ellos, al encontrarse en el mismo sitio, su funcionamiento incrementa la temperatura del ambiente, obligando al refrigerador a gastar más electricidad.
En la cocina es donde más agua utilizamos, esto debido al agua que necesitamos para cocinar, en el lavado manual de los platos o vajillas, así como también por el uso del lavavajillas en algunos hogares.
Si queremos ahorrar y contribuir con el medioambiente, es necesario pensar unos minutos cómo podemos reducir el consumo de energía en nuestra cocina.
Podría parecer una tarea tediosa; pero, ahorrar en agua y luz puede resultar realmente sencillo, siempre que nos fijemos el uso de los electrodomésticos, el consumo en el cocinado y la temperatura ambiente.
Reducir consumo de energía eléctrica a través de los electrodomésticos
Básicamente, el mayor derroche de energía es provocado por el uso de este tipo de aparatos. A pesar de que nos solucionan la vida, ¿qué haríamos sin una refrigeradora para guardar los tapers de comida?. Si conseguimos reducir su uso, disminuimos el consumo de energía eléctrica de nuestro hogar. De acuerdo a mediciones realizadas, entre la refrigeradora y la lavadora se puede superar más del 50% del consumo medio anual de un hogar. Evitar malas prácticas como la necesidad de abrir y cerrar continuamente la refrigeradora, y en el caso de lavar la ropa tratar de colocar la mayor cantidad en la lavadora.
En caso que los electrodomésticos sean antiguos, siempre que sea posible, es una buena idea cambiarlos por unos más nuevos. Los modernos gastan entre un 20% y un 40% menos que los que tienen más de 10 años de vida, buscar comprar los que tengan la etiqueta energética con la letra “A”, que son los de menor consumo de energía eléctrica
En el caso del microondas, que muchas familias usan para calentar la comida día a día, es recomendable usar otras fuentes de energía, como el gas, que resulta ser más eficientes. “En la cocina a gas caliento la olla y sirvo a todo el mundo. En cambio, lo que pasa en los hogares promedio es que calientan cinco platos uno detrás de otro en el Microondas y si esto es una práctica diaria, estaremos generando watios de consumo de energía de manera innecesaria.
Cocinar y respetar el medioambiente
Si tenemos opción de elegir, es preferible utilizar el gas frente a la electricidad, pues es mucho más eficiente y es mucho más barato. Si, por el contrario, decides poner vitrocerámica, o no te queda otra, las placas de inducción consumen un 20% menos de electricidad que las convencionales.
Asimismo, si necesitas calentar algo a mayor temperatura de lo que se consigue en una sartén o en una olla, siempre es mejor utilizar el microondas. Puesto que el horno es la opción más costosa.
Sin embargo, si tienes que encender el horno, el consejo es que aproveches a preparar otros platos o comidas. Recuerda que casi todo lo que cocines se puede congelar para comerlo otro día e, incluso, semanas después.
El agua, como la comida, no se tira
No hace falta mencionarlo, pero uno de los derroches más habituales en la cocina se produce al dejar el grifo o caño abierto, cuando vamos a lavar los platos o a rellenar un vaso de agua, por ejemplo. A pesar de que las tres cuartas partes del planeta son agua, hay países, como Sudáfrica, que podrían sufrir algo catastrófico: quedarse sin agua.
Quizá no seamos conscientes de ello, pero la situación global es delicada. Si quieres saber más sobre el tema, el documental Explained de Netflix narra la crisis del agua que está sufriendo el planeta.