Los ordenadores de placa tipo Raspberry Pi nacieron en el año 2012 gracias a un grupo de investigadores de la Universidad de Cambridge. Querían crear ordenadores muy pequeños, baratos y que pudieran ser usados para aprender a programar por los más jóvenes de la casa. En 2012 lanzaron la placa Raspberry Pi 1 modelo A, que por unos 19 euros ofrecía un ordenador del tamaño de una tarjeta de crédito que se podía conectar a un monitor, ratón, teclado y altavoces.
El nombre de la Fundación Raspberry que significa frambuesa en inglés-, seguía la estela de algunas empresas clásicas de la era de la informática, que utilizaban en sus nombres algunas frutas, como Apricot Computers (1965), Apple Inc. (1976) o Tangerine Computer Systems (1979).
Atraídos por su pequeño tamaño y bajo precio, una gran cantidad de desarrolladores crearon sistemas operativos y aplicaciones que permitían utilizarlos como ordenadores para la ofimática, robots caseros, videoconsolas, estaciones meteorológicas, servidores webs o televisiones inteligentes. Además, con el paso de los años y tras el éxito de este ordenador, otras empresas han creado sus propios microordenadores de placa, que compiten en un mercado feroz para ver cuál de todos es más pequeño y ofrece un menor precio.
Actualmente, el modelo Raspberry Pi 4 es el más caro y avanzado que se puede encontrar. Tiene una CPU a 1.5GHz 64-bit quad-core Cortex-A72, mide 85 mm x 53 mm y puede alcanzar los 8 GB de memoria RAM. No dispone de memoria física, que tiene que añadirse mediante una micro SD estándar. Cuesta unos 60 euros en el mercado de segunda mano, frente a los 30 euros que puede costar de primera mano el modelo menos potente, la Raspberry Pi Zero W, con una CPU a 1 GHz ARM11 76JZF-S, que mide 65 mm x 31 mm y que tiene 512 MB de memoria RAM.
En los laterales de la placa, puedes conectar otros muchos accesorios necesarios para comenzar. Y, si lo consideras oportuno, también tiene mucho sentido adquirir una carcasa apropiada; las puedes encontrar en muchos sitios, en plástico transparente o negro, y también están disponibles como kit, al adquirir un Raspberry Pi. Así que, como podrás imaginar, si le añades un monitor, una fuente de alimentación y un teclado y ratón, el miniPC estará listo.
Cómo instalar el sistema operativo en el Raspberry Pi
La parte correspondiente al hardware ya está preparada, ahora le toca el turno al sistema operativo. Este se inicia en este mini equipo mediante una tarjeta microSD que puedes conectar al lector de tarjetas integrado. Una buena elección es el sistema operativo Linux Raspbian (muy ligero), que está optimizado especialmente para Raspberry (cabe, sin problema, en una tarjeta de 8 GB). En el recuadro inferior de esta misma página, te explicamos con detalle cómo instalar este sistema operativo en tu Raspberry Pi.
Sistema operativo con todo lo que necesitas
Raspbian viene equipado de serie con todos los programas imprescindibles: para navegar, incluye el navegador Chromium; como sustituto de Microsoft Office, incorpora LibreOffice; y, por ejemplo, para reproducir vídeos desde la tarjeta del sistema o desde otro lugar, el miniPC emplea el software VLC Player. Como ves, ¡no le falta ningún detalle. ¡Fenomenal!
Y aún hay mucho más en el Raspberry Pi
El Raspberry Pi no solo sirve como sustituto del PC. También es la plataforma perfecta para interesantes proyectos de bricolaje y Maker. Lo puedes utilizar para reproducir películas o música desde tus discos duros o plataformas de streaming. O, con el software Own-Cloud, lo convertirás en tu propia cloud personal. Y eso son solo algunas de las muchas posibilidades del Raspberry Pi. En Internet, puedes encontrar centenares de ideas interesantes, especialmente pensadas para esta frambuesa de silicio.
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